Yuliet Cruz y la actuación como terapia personal

Escrita por Elaine Caballero Sabugueiro

Yuliet Cruz me sorprende en esta entrevista. Descubro en ella una serenidad extrema, que había visto poco en sus actuaciones en el cine o el teatro. El tono pausado de su voz asegura, en cada palabra dicha, la seriedad con que asume la actuación como oficio de vida. Pruebas suficientes ha dado de su talento para la conducción de programas televisivos y también para ser considerada más que un rostro bonito en la gran o pequeña pantalla.

Con la retransmisión de la telenovela La cara oculta de la luna, ahora vemos a la actriz los martes y jueves en las noches de Cubavisión. Se trata de una oportunidad para ver a una Yuliet más joven, aunque para ser sincera, su rostro ha variado poco y se resiste a perder su belleza con el tiempo.

¿Cuánto ha evolucionado aquella joven que interpretó a Lalita en Contigo pan y cebolla?

Cuando hice Lalita comencé con 18 años, hoy tengo 40 y el salto ha sido bastante grande. La actuación ha significado para mí de alguna manera, si se puede decir, una terapia personal. Desde que comencé he tenido la suerte de trabajar con personas muy talentosas, que conocen a profundidad el medio, y encima he contado con la suerte de tener su cariño y que me hayan transmitido sus conocimientos. Con todo eso, el viaje ha sido de una ganancia tremenda.

He evolucionado mucho y creo que me falta más todavía, porque hay disímiles personajes que aún no he interpretado y me imagino que, una vez que lo haga, pues estaremos hablando de otro tipo de cosas, también por la edad. No es lo mismo tener 18 años que tener un punto de vista como el que tengo hoy por las experiencias laborales o como mujer. Entonces sí, ha habido un cambio grande, pero maravilloso y bueno.

¿En la vida de Yuliet Cruz qué lugar ocupa Argos Teatro?

Argos Teatro para mí, más que una compañía, se ha convertido en un espacio donde tengo amigos y personas que valoro muchísimo a nivel intelectual y personal, como es el caso de Carlos Celdrán, con el que tengo una amistad increíble y, al mismo tiempo, un vínculo intelectual que me permite contrastar muchas cosas desde mis puntos de vista. Es un hombre extremadamente culto.

Independientemente de lo que representa la compañía, un punto fundamental es mi relación con Carlos y de alguna manera mi vínculo con algunos actores, unos más cercanos, otros no tanto, pero sí somos bastante unidos. El deseo de crear puestas en escena y de hacer de cada una de ellas un ejercicio, un viaje psicológico, humano, es un punto en común de todos. Eso hace que esta compañía sea para mí extremadamente especial.

En varias ocasiones la hemos visto asumir en el cine personajes con cierta carga sensual. ¿Cómo ha hecho para eliminar ese sesgo?

Sí, los personajes que tienen algunas características, sobre todo sensuales o sexuales, son bastantes difíciles de echar a un lado a veces, sobre todo porque, de alguna manera, crean un precedente para otros directores que buscan actores para sus personajes, o quizás te ven en uno y luego comienzan a proyectarte un poco sobre esa línea.

Me ha pasado no solamente con ese tipo de personaje, sino con otros, porque todo tiene que ver con el último trabajo que realizas. Hace mucho tiempo este tipo de personajes con cargas sensuales no son los que más me llegan como propuestas de trabajo. Creo que de alguna manera tuvo que ver con el riesgo de no aceptar más personajes así y quedarme en mi casa sentada esperando a que viniera otro tipo de trabajo, y proyectándome al mismo tiempo como actriz en otros papeles con la mirada que yo necesitaba para realizarme.

Lo curioso es que no pasa solo con este tema de la sensualidad o la sexualidad, pasa con todo. Desgraciadamente el encasillamiento de los actores ocurre con cualquier tipo de personaje, uno que te haya quedado bien, que haya marcado en el público, ya sea porque un día haces de la madre de fulano y otro día, la prostituta del pueblo tal. Es complicado, pero el hecho de que te encasillen en determinados personajes es algo a lo que siempre estamos muy propensos.

¿Hay algún director de cine con el que le gustaría trabajar y no lo ha hecho?

No he trabajado con Fernando Pérez y es un director con el que me encantaría poder trabajar. Creo que es un ser humano maravilloso y un director de cine maravilloso también. Tengo esa deuda por ahí, así que vamos a ver en qué momento se crean las condiciones y aparece un personaje para poder trabajar con Fernando.

¿Qué podemos esperar de Yuliet Cruz en fecha próxima?

Lo primero que deseo es que termine la COVID-19. Mientras sigamos teniendo este problema de la pandemia es muy difícil que se pueda hacer más trabajo. Nosotros dependemos del trabajo de grandes equipos y eso ha golpeado muchísimo al sector del arte.

Espero profundamente que esto pase, porque todos los proyectos están bastantes frenados. Una vez que termine imagino que volveremos sobre la marcha. Por lo demás tengo proyectos personales y en algún momento lo podrán saber.

Ahora estoy dedicada a mis redes, hace poco abrí un espacio de blog dentro de mi página web que me tiene súper feliz, porque intercambio experiencias con mis seguidores. No tenía la idea de cuánto me podía aportar y créeme la motivación que ellos me provocan para seguir escribiendo, algo que antes no había querido hacer público, lo hacía solo para mí. Ha sido una nueva experiencia que he ganado en todo este tiempo de aislamiento y me siento muy satisfecha.

Así que seguiré con mi blog, seguiré activa en las redes, voy a activar todas las plataformas posibles, y también continúo con la actuación y con todos los proyectos que, de alguna manera, me mueven para poderlos interpretar y seguir teniendo este crecimiento profesional y personal, un poco la misión en mi vida.

También conversamos sobre si he pensado explorar caminos diferentes en otro grupo de teatro, sobre las complejidades de mi papel en La Película de Ana y de cuánto me ha ayudado la actuación a superar conflictos y dudas internas.

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