Yuliet Cruz nos dejó expectantes con su más reciente actuación en el cine, tras interpretar a una madre alcohólica en el largometraje Conducta de Ernesto Daranas.
Si bien luego de un acierto medular —como lo fue su actuación en el filme— esperamos una ausencia o un intento fallido, la actriz nos seduce de nuevo con una profunda interpretación. Esta vez las arduas jornadas de ensayo toman vida sobre las tablas, en una versión contemporánea de El tío Vania, de AntonChéjov.
Unos siete años de labor indetenible mantiene la joven que, sin prejuicios, confiesa no hacer mejor otra cosa que actuar.
«Tuve la suerte de encontrar la vocación temprano, pues actuando es como más cómoda me siento.
«Mi mamá no estaba de acuerdo, alegaba que era un mundo muy complicado. Prefería otra profesión. Por eso durante una etapa anduve sola. Sin embargo, hoy agradezco a ella mi realización profesional. Es quien cuida a mi hijo para trabajar, pues a las mujeres nos cuesta mucho sacrificio lograr una carrera meritoria y tener un niño pequeño. Sobre todo a las actrices, que tenemos horarios poco tradicionales.
«Por otra parte, independientemente de no conocer del arte, mi mamá posee una aguda visión sobre lo que hago bien o mal en mi trabajo. También ayuda mucho que no se ciega por las pasiones».
Más información en: www.almamater.cu