Su belleza y la crudeza sexual de algunos de sus primeros papeles hacen que muchos la encasillen, pero a Yuliet simplemente le interesa trabajar, encontrar matices y crecer como profesional.
Una mirada más justa y desprejuiciada a su palmarés desmiente que sea una actriz unidireccional, aunque ella carece de prejuicios al respecto, y encima defiende la complejidad de tales personajes.
Por sus intensas interpretaciones ha recibido dos premios Adolfo Llauradó como Mejor Actriz y por Actuación Excepcional, más dos premios Caricatos de teatro y cine, respectivamente.
Prensa Latina conversó con ella a propósito de su reciente filme (Se Vende, de Jorge Perugorría) y la puesta de Fíchenla si pueden, de la compañía Argos Teatro, dirigida por Carlos Celdrán.
Sobre su experiencia en las tablas, donde sentó cátedra con Aire frío, Yuliet se confesó feliz y sorprendida por la respuesta de público a esta versión del clásico La ramera respetuosa, de Sartre.
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